sábado, 23 de mayo de 2009

IDENTIDAD PROF ESIONAL DE LOS
FORMADORES/AS DE PERSONAS ADULTAS: LA
ACCIÓN FORMATIVA BASE DE LA
TRANSFORMACIÓN INTEGRAL DE LA COMARCA



La identidad profesional es una de las características más valiosas del formador/a
que requiere un esfuerzo permanente de trabajo y proyección social.
¿Qué línea de afianzamiento profesional ha de configurar cada educador/a para
lograr su identidad? Entre los procesos de mejora profesional destaca la adquisición
y desarrollo de una profunda identidad personal, que evidencia una elevada
coherencia entre el pensamiento y la acción, manifestada en el conjunto de decisiones
y en la calidad de las acciones realizadas.



E1 formador/a comprometido con el desarrollo integral de espacios en transformación
requiere prioritariamente de un elevado nivel de confianza, seguridad y autosuficiencia
personal, como base para alcanzar la más fundada identidad profesional.
La creación de una personalidad equilibrada y socioemocionalmente madura es un
proceso muy complejo que requiere de ideas y de una trayectoria rigurosa apoyada
en la reflexión y en el conocimiento de sí mismo y de su interacción con el medio. El
desarrollo de la identidad personal está estrechamente unido al autoconcepto y
autodesarrollo profesional, produciéndose un intercambio creativo y permanente entre
el saber y el ser, en un intercambio permanente que evidencie la capacidad de los
sujetos para aprender a evolucionar y construir su propia línea de afirmación profesional.
La identidad personal depende del efecto recíproco que se va configurando en el
contraste con otras realidades y modos de entenderse a sí mismo y a los demás,
quizás es el diálogo con los otros una de las imágenes que más inciden en nuestro
avance subjetivo y autónomo, ya que se necesita de otras personas para comprendernos.
Es preciso avanzar en el análisis del pensamiento, las creencias, las ideas y
las atribuciones que vamos elaborando en colaboración con los demás.

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